El Costa neoRiviera partirá de Barcelona, dando a los
amantes del arte la oportunidad de visitar el Museo Dalí de Figueres, pueblo
natal de Salvador Dalí, antes de pasar la noche fuera empapándose de la vibrante
noche catalana gracias a una excursión nocturna hecha a medida.
El próximo
destino es Sicilia, con Porto Empedocle como puerta de entrada a excursiones
inolvidables a los famosos templos del Valle dei Templi, los yacimientos
arqueológicos de Segesta y los pueblos de Selinunte, Erice, San Vito Lo Capo y
Modica, donde podrán saborear el famoso chocolate de la Dolceria Bonajuto.
El siguiente puerto de escala, en Malta,
también ofrece experiencias culinarias excepcionales: el buque atracará en La
Valletta hasta medianoche, dando a los pasajeros la posibilidad de cenar en el
famoso Ristorante Rubino. También destaca la escala en Salerno: un día entero,
hasta las 2 de la madrugada, dedicado a explorar la famosa costa de Amalfi, con
la posibilidad de disfrutar de un aperitivo con unas de las mejores vistas de
la costa desde la terraza Belvedere, en Rossellinis, restaurante con estrella
Michelin.
Una visita obligada de esta escala es Amalfi, con su principal
monumento local, el Duomo (caracterizado por su espléndida decoración, fachada
casi chillona y un empinado tramo de escaleras), dominando la Piazza.
Seguidamente el buque haré escala en Livorno, que es el
sitio ideal para las excursiones a Pisa y Florencia, que ofrecen lo mejor del
Renacimiento italiano. Aquí, el pasajero podrá terminar este especial viaje
gastronómico con estilo, visitando la bodega Argentiera, con la oportunidad de
probar los mejores vinos acompañados de una deliciosa selección de jamón, queso
y crujiente pan.
Tras visitar Livorno el Costa neoRiviera partirá hacia
Savona, donde el pasajero podrá visitar Finalborgo y Noli, incluidos en la
lista de los “Pueblos más bellos de Italia”, y asistir a una lección de cocina
especial dedicada a la farinata (torta de garbanzos) y pesto alla genovese.
La
próxima escala es Tolón, donde se podrá visitar la romántica Provenza,
incluyendo las perlas de Saint Tropez y Cannes, o descubrir la pequeña isla de
Porquerolles, un paraíso natural virgen con arena blanca y bosques de pinos.
Los Bon vivants preferirán dirigirse a la conocida finca Soviou, donde podrán
catar vino, aceite de oliva y aceitunas.
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